Ahí se encontraban los dos, para despedirse.
La vida los había cruzado sin previo aviso, lejos de casa.
Termini los observaba desde todos sus andenes.
Dos argentinos envueltos en el agobiante verano romano.
Ella se iba, continuaba su viaje; él la miraba con cientos de palabras no dichas en los ojos.
Aquellos otros viajeros que los observaban de reojo, se sonrojaban incómodos al notar su presencia.
Se dijeron adiós con un abrazo sincero.
¿Cómo pueden enamorarse dos personas en tan sólo algunos suspiros?
Publicado por : Unknown