Termini

Ahí se encontraban los dos, para despedirse.
La vida los había cruzado sin previo aviso, lejos de casa.
Termini los observaba desde todos sus andenes.
Dos argentinos envueltos en el agobiante verano romano.
Ella se iba, continuaba su viaje; él la miraba con cientos de palabras no dichas en los ojos.
Aquellos otros viajeros que los observaban de reojo, se sonrojaban incómodos al notar su presencia.
Se dijeron adiós con un abrazo sincero.
¿Cómo pueden enamorarse dos personas en tan sólo algunos suspiros?
Ni almas gemelas, ni amores correspondidos; tan sólo dos viajeros lejos de casa.
Desde su asiento, a través de la ventana del tren, lo vio correr.
A sus espaldas, traía ululando al viento palabras escondidas, prontas por aparecer.
"Pensé que nunca me iba a volver a sentir así", le dijo.
Ella enmudeció como si cada una de esas palabras le nublara los sentidos.
"Esto es una locura", pensó ella. Lo pensó, pero también lo dijo.
La sinceridad de no estar comprendiendo la situación, se palpaba en sus expresiones atónitas.
Sintió cómo su alma se alejaba unos metros de la escena, para contemplarla, divertida, desde los ojos de alguien más.
Los observó detenidamente: él con un pie en el tren, y el otro en el andén (como alguna vez alguien más supo decir).
Ella, su yo, la miraba fijamente desde arriba. En algún momento, esbozó una sonrisa de incredulidad.
Se contaron tres parpadeos de la chica.
Uno: "esto no puede ser verdad".
Dos: "cuando regreses a Buenos Aires te vas a dar cuenta que sólo es momentáneo".
Tres: la besó.
Un beso ingenuo, como una palabra más.
Se perdió entre las frases de amor no ensayadas de aquél chico al que nunca le habían dicho "no".
El tren partió, continuando su camino como la vida tenía que hacer.
Lo que ella nunca supo fue de la única lágrima que se vio caer de sus ojos.
Lo que él nunca sabrá es la cantidad de no que podrían haber sido sí.
Aquellos dos que fueron ese instante, quedaron inmortalizados en el andén.
Aquellos dos viajeros encandilados, nunca se volverían a ver.

Ilustración: Shamsham.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Google+