Es la gran calabaza, Charlie Brown


Si hay una fiesta a la que nunca tuve en consideración es Halloween. Cuando yo era chica no era más que una fiesta que pasaba allá a lo lejos, algo que nunca iba a festejar.
Eso fue hasta que me tocó vivirla en el país que le dio origen (bah, creo, no tengo ganas de corroborarlo). No hay series ni películas que me pudiesen haber preparado para la locura que iba a vivir.
Ese año, 2012, Halloween caía un miércoles lo que significaba que había que empezar a festejar antes. Y para eso había que ambientar. Mi casa organizó un “pumpkin carving” (o “tallado de calabazas”), en donde vos podías pedir una calabaza de acuerdo a tus gustos (naranja, redonda, sexy) y después tenías que hacerle las famosas caras o ponerte creativo y hacerle lo que quisieras (como el chico que le escribió “Go fuck yourself” o los que las terminaron usando de máscaras). Eran momentos como esos en los que las 120 personas con las que vivía se convertían en familia, todos juntos sentados en mesones, gritando. Una vez que las calabazas estuvieron talladas las acomodamos por toda la casa, arriba de las mesadas, al lado de las puertas de cada pieza. Un par de telarañas por ahí, un par de calaveras por allá… Y estábamos listos para la fiesta de la noche.
Liq’or treat, el nombre de la fiesta, consistía en que cada habitación preparara un trago y lo pusiera en la puerta para que todos los que iban recorriendo la casa, pararan y tomaran. Desde nosotras que preparamos dos tragos con mate (¡sí! una especie de mate cocido alcohólico y vomitivo) hasta la chica que preparó gusanos de gelatina remojados en alcohol y metidos en un postre de chocolate que parecía barro, había absolutamente de todo para probar. La casa estaba abierta para que entrara quien quisiera, cosa que sólo se puede hacer en esos países sin miedo a que te roben o a terminar muertos, así que en cuestión de horas la casa estaba hasta el tope y todos los tragos terminados.
Es increíble lo que los disfraces le hacen a la gente (sin tener en cuenta el alcohol en sangre). Muchas veces terminamos siendo más nosotros mismos cuando somos otros que cuando estamos en nuestra verdadera piel. La anonimidad relativa que nos daba el maquillaje, la ropa, las máscaras, llevaron a confesiones y actos impensados. A bromas, a fotos y a bailes ridículos. A trucos y travesuras. A que los domingos fueran maravillosos.
Por suerte los festejos no terminaron ahí. El miércoles finalmente era 31 y el hecho de tener que ir a clases no parecía representar un obstáculo. Gente deambulando por el campus disfrazada, el almuerzo temático en el trabajo, estar sentada en clases al lado de un George Washington (o alguien de la época) y el hecho de que todo esto fuera lo más normal del mundo. Esa noche nos arriesgamos, y contra todo consejo, nos fuimos hasta la sexta con sus boliches y el mundo de gente y el descontrol, y el encuentro casual en el medio de la multitud que no podía sentirse de otra forma más que como si el destino que nos hubiera llevado hasta ahí.
Llegó otro fin de semana y la última fiesta de Halloween, y uno pensaría que siendo la tercera ya tendríamos que estar más calmados, pero fue como la culminación de toda la semana y la despedida de la posibilidad de ser otros y de ver qué de todo lo que habíamos cambiado seguía con nosotros una vez que la magia terminara. Nuevamente la fiesta fue en casa y ahí conocí a un mexicano que había vivido en Córdoba un tiempo y que cuando me escuchó el acento empezó a los gritos “¡Che, vos, boluda!” y cuanto argentinismo se les ocurriera y que me hizo bailar cuarteto cuando por los parlantes sonaba cualquier otra cosa.
Después de Halloween llegarían otras fiestas, Thanksgiving y una Navidad con nieve. Dos cosas que tampoco nunca antes había vivido, con sus tradiciones y rituales, con su comida engordante, sus black friday, con los villancicos que suenan hasta en el baño, con la decoración de película. Con su magia. Pero, si me dan a elegir, yo me quedo con la noche de todas las almas.

2 comentarios:

  1. ayyyyyyy escampiiii, yo vivi mi primer halloween tb aca!!!que genial, que genial que la gente sea tan fanatica, los disfraces, todo! yo me disfrace de rosie de tenderer (we can do it). leo lo que escribis y ayyy, me siento asi, no quieor que se termine nunca y no quiero morirme. y al mismo tiempo me da mucha angustia pensar asi, porque se que esto es asi ahora, y va a quedar en mis recuerdos siempre. Bueno, estoy escribiendo rapidisimo re emocionada, aca son las 5 pm Y YA ES DE NOCHE, el inviernito que me espera. No sabes como estoy lastrando, me da verguenza subir fotos de lo chanchi que estoy. jajajajajajaj.

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    1. Ayyyy! Quiero ver fotos de eso :) No tengo idea de qué es tu disfraz jajaja pero YA lo estoy googleando! Qué lindo el invierno europeo <3 ya vas a ver lo que es la Navidad! Subí fotos, te queremos ver "chanchi" y todo :P

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