Austin (Parte 2)


(Para leer la primer parte hacé click acá)

Después de que me dieron la beca y de que me aceptaron en la Universidad de Texas (de ahora en más UT) había demasiadas cosas para hacer, boletos de avión que comprar y fiestas de despedida que organizar.
Fue un año bastaaante ocupado. 
Pero finalmente llegó el 14 de agosto y yo me subí a un avión camino a Austin.
Fue uno de los viajes más largos de mi vida. Por suerte estaba con otra chica de Argentina, Marina, que también se iba de intercambio con el mismo programa que yo. No nos conocíamos muy bien todavía y se sorprendió bastante cuando dormí las 8 horas que estuvimos en el aeropuerto de Chile. Creo que esa experiencia la preparó más que bien para convivir conmigo por lo próximos 5 meses. 
El tema es que si te dormís todo mientras esperás la próxima combinación después cuando te subís al avión no pegás un ojo. Viajando en clase económica el asiento se reclina unos, siendo generosos, 10° y no te pasan pelis, así que me pasé las siguientes 10 horas mirando al techo.
Finalmente llegamos a Dallas y hacía DEMASIADO calor y la humedad mataba. Un verano cordobés cualquiera. Pero dejamos Sudamérica en invierno, y estábamos vestidas acorde a la estación, así que el cambio fue violento, por decir algo. 
Una vez que llegamos a Austin las cosas se empezaron a complicar. Para empezar, me había roto una rueda de la valija así que la tuve que arrastrar a través de todo el aeropuerto. Tendría que haber ido a reclamar a la aerolínea pero estaba tan cansada, y transpirada, que nada más me quería ir. El segundo problema fue que el amigo de una amiga me tenía que ir a buscar al aeropuerto pero él no sabía que yo llegaba ese día (no sé por qué, lo más probable es que me haya olvidado de avisarle). Intentamos usar el Internet horrible del aeropuerto para avisarle que ya estaba ahí pero como eso no funcionó decidimos irnos. Nos tomamos un shuttle, como una traffic, hasta la casa donde iba a vivir Marina y ver si podíamos contactar a Carl (el amigo de mi amiga) desde ahí.   
Llegamos Pearl St. Co-op, una casa cooperativa (ya voy a explicar más adelante cómo es la onda), a donde Marina iba a vivir, y la gente nos dio una mano: a Marina para acomodarse, a mí para contactar a Carl. Él me vino a buscar y cuando llegó estaba tan contenta que lo saludé con un beso (la gente allá te da la mano)... ¡pobre! no sabía cómo reaccionar. 
Un pequeño detalle: me fui a Austin sin un lugar dónde vivir. Sí. Así de copada soy. La cosa es que se suponía que me iba a quedar con Carl hasta que encontrara un departamento o cualquier otro lugar, pero como él se estaba mudando no tenía lugar para mí, así que terminé viviendo en la casa de uno de sus amigos. La casa de un extraño amigo de otro extraño. COPADO. Pero después de todo no estuvo tan mal, tenía una pieza para mi misma con cama grande, los chicos de la casa eran re tranquilos y Carl se portó re bien conmigo, llevándome a comer y yendo de compras hasta que me acostumbrara. 
De cualquier forma pasaba la mayor parte de mi tiempo con Marina porque teníamos un montón de eventos de la universidad y del programa de intercambio. Además su casa era increíble, con pileta, fiestas y gente muy copada con la que me llevaba muy bien. Fue uno de ellos que me dijo: "Estás casi todos los días acá de cualquier forma, así que ¿por qué no te mudás para acá?"
Y pensándolo bien, ¿por qué no?

(Continuará...)

Camino a Chile.

Trencito del aeropuerto de Dallas.

Aeropuerto de Austin y las guitarras. <3

Primer casa/barrio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Google+