Veo veo: Cortázar*


Toco el timbre dos veces porque el portero no le funciona, y así sabe que es alguien que conoce y baja a abrir, y mientras espero pienso en qué momento llegué a saber este tipo de cosas, porque de todas las posibilidades que habían en el mundo de que nos conociéramos, terminamos los dos sentados en el piso de ese enorme pasillo rojo esperando a ser juzgados por económicos catedráticos que no tenían idea que mientras ellos deliberaban, nosotros hablábamos de viajes y de música y de las ganas de volver a casa porque hacía mucho que no veíamos a nuestras mamás, y aunque los resultados fueron distintos nosotros seguimos hablando pero a través de otros medios, y pensaba que algo tuve que hacer bien porque nunca le caigo bien a nadie, pero él decidió seguir hablándome después de sólo conocerme por unas horas, y al parecer fui una excepción a la regla porque le contaba a la gente y se sorprendían de que él haya hecho algo así, pero lo hizo y a partir de eso siguieron encuentros y desencuentros porque a fin de cuentas cada uno andaba en la suya, su vida, sus planes, sus amigos, pero siempre terminábamos viéndonos, ya fuera porque lo encontraba caminando sobre las hojas de los eucaliptus y de atrás le hacía tsch tsch que feo no saludar a la gente y él se daba vuelta, y se reía y me abrazaba o intercambiábamos saludos fugaces en el mismo pasillo que nos conocimos pero de los que siempre me voy a acordar porque él siempre pasaba medio corriendo, pero se tomaba el tiempo de parar y agarrarme la cara con las dos manos y desde su altura plantarme un beso en el cachete y dejarme temblando de la alegría, y cada encuentro era así, la mayoría sin planearse y los que sí lo eran no pasaban a ser menos, sino al contrario, porque incluso el planearlos conllevaba una especie de ceremonia no pautada pero todo concluía en horas que pasábamos juntos, rodillas que chocaban y un lápiz que servía para repasar el brazo que no se animaba a alcanzar, y las palabras que flotaban como dientes de león en el aire let it be y cuando nos volvimos más osados las manos agarrando un mechón de pelo azul, pasando por arriba y abajo de las piernas, las pestañas haciendo cosquillas, la tensión, pero nunca cerca, nunca lo suficientemente cerca, y me veo parada delante de su puerta una y otra y otra vez, y a él en mi balcón, en mi pieza, saliendo de mi casa y yo sin decir nada l’espirit de l’escalier pero con la tranquilidad de saber que hay tiempo, siempre hay tiempo, porque aunque cada uno ande en la suya, su vida, sus planes, sus viajes, sus tiempos, siempre va a haber un libro para leer, una canción para compartir, una experiencia que contar y que, aunque un día no haya nada, seguro que algo nos inventamos, recurrimos a las peores excusas pero de alguna forma u otra siempre nos terminamos encontrando.


*Texto basado en la temática del Veo veo de este mes: Cortázar, con motivo de los 100 años de su natalicio y los 30 de su muerte. La frase más votada y sobre la que nos teníamos que basar es: "andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos". Si querés saber más sobre el Veo veo hacé click ACÁ.

Otros blogs que están jugando al Veo veo: Una argentina por el mundo, Plan B Viajero, The Indie Trendy, Sweet Virginia, Viaje y descubra, Streets like a jungle, Afonso Brevedades, Cuentos de mochila, Caminomundos, Antilla desmemoriada, Desafío de ideas, Charlas y caminatas.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Google+